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Corría el mes de Abril del año dos mil trece, cuando un pequeño grupo de personas encabezadas por el entusiasta del deporte Cesar Fornos, idearon el nacimiento de uno de los Clubes de Baloncesto más exitosos de los últimos años en Nicaragua. De aquella idea concebida se fueron uniendo más personas amantes de este deporte como el entrenador de baloncesto Jimmy Smith, la Ingeniera Jetsemani Núñez, el Abogado Julio Zeledón, entre otros que todavía permanecen y otros que ya no están. El objetivo era uno solo, convertir a ese equipo todavía sin nombre en uno de los más renombrados del país. Así surgieron los Toros del Norte.
Con una gran inexperiencia en el manejo de un equipo de estas dimensiones, se tomó el riesgo de participar en una liga de alto rendimiento del país, conformando un equipo humilde pero competitivo, pequeño pero que estaría llamado a ser cosas muy grandes a nivel nacional e internacional.
Al llegar Los Toros del Norte al baloncesto nacional equipos nacionales de mucha trayectoria subestimaron a aquel equipo “norteño” que trataba de hacerse un espacio entre los grandes. De la mano de un jugador de nombre Bartel Lopez que apenas estaba en desarrollo, unos jugadores extranjeros que todavía son recordados por la afición (CJ Clark, Roy Lee Giles, Chibuzo “The Showman” Elonu), con el acompañamiento de los jugadores nacionales locales de Matagalpa en canchas totalmente abarrotadas por fanáticos, Los Toros del Norte logra su primer campeonato, pero más que eso logro ganarse el corazón de fanáticos a nivel nacional, haciendo de este primer campeonato el mejor de Los Toros del Norte.
Después de una espectacular temporada 2013, el listón estaba muy alto, reproducir lo alcanzado en la temporada anterior era todo un reto, muchos grandes de la historia han comentado “lo difícil no es llegar, sino mantenerse”.
Desde los meses muy temprano del año 2014 empezaron de nuevo las reuniones, la planeación, el acercamiento con representantes de jugadores, con la búsqueda del talento nacional local, para emular lo conseguido en nuestro primer año. A través de los contactos que nuestro capitán Bartel Lopez hizo durante su paso por la Liga EBA de España, pudimos conocer y fichar a un jugador de nombre Duane James, quien según nos decía era primo de un tal Lebron James, eso nos llamó la atención por el mercadeo que podría tener, pero después de verlo jugar nos convencimos que sus habilidades lo hacían valerse de su propio nombre. Esta contratación nos llevó hacia otro jugador Gmitri Rice, hijo nada más y nada menos que de la leyenda y ex NBA Glen Rice, quien por gestiones de Cesar Fornos visito el país en ese año 2014 causando furor y emoción en un humilde Polideportivo El Brigadista que vio a la familia Rice apoyar al más pequeño de todos defendiendo la camisa de los Toros del Norte.
Esta temporada en un Polideportivo España sin caberle una persona más, perdimos la serie final en un séptimo encuentro ante un equipo Leones de la Alcaldía de Managua, naciendo en ese momento el “Clásico del Baloncesto Nacional” y siendo hasta el día de hoy la rivalidad deportiva más vista en la historia del baloncesto.
Llego el año 2015, y era momento de mantener el legado, pero una llamada 48 horas antes del inicio de la temporada nos informaba que la invitación a nuestro club había sido retirada por parte de la Liga. En ese momento nuestros pensamientos estaban con todos nuestros fans que se habían identificado con esta organización deportiva. Después de pláticas y negociaciones se nos permitió entrar a la liga, era nuestra oportunidad de demostrar de qué estábamos hechos.
En 2014 nos convertimos en el equipos de mayor espectáculo de la liga promediando 7 clavadas por juego, pero se perdió el objetivo final que era conseguir la liga, así que nos limpiamos el polvo, nos restructuramos y formamos un equipo que fue uno de los más vencederos desde nuestros inicios.
El acercamiento propiciado por nuestro coach Jimmy Smith con el coach puertorriqueño Wilo Colon, nos permitió abrir un mercado de jugadores hasta ese momento desconocidos para nosotros, como era el jugador boricua, así que empezó el éxodo de jugadores, llegaron jugadores como Geovanny Jiménez (El Amuleto), armador de posición, Gabriel ”Pirulo” Colon, jugador conocido por su férrea defensa pero que conoció con los Toros del Norte su faceta ofensiva aportando mucho desde atrás de la línea de tres. Como no olvidar al Pitbull, Deon Boyce jugador que marcó un hito debajo de los tableros promediando cantidades irrisorias de rebotes. Junto a Bartel Lopez y el colectivo local bajo el mando del entrenador José Luis Dámaso se alzaron con el segundo campeonato nacional de esta franquicia.
Al conseguir el campeonato en 2015, nos comprometía en representar a Nicaragua en el Torneo Campeón de Campeones de Centroamérica COCABA avalado por FIBA, el reto era mucho más grande pero como siempre lo hemos hecho decidimos afrontarlo con la mayor humildad y disposición.
Iniciamos el proceso de reclutamiento del mejor talento nacional para hacer una representación con la mejor calidad disponible, ya el equipo Leones el año anterior había participado y había conseguido hacerse con el campeonato, así que nuestro mayor anhelo era mantener la hegemonía del baloncesto nacional y traer nuevamente el trofeo. Haciendo muchos esfuerzos económicos y personales se confió nuevamente en jugadores boricuas para reforzar el equipo, Geovanny Jiménez y Ángel Buster Figueroa, quienes lograron la proeza de convertir a los Toros del Norte en Campeones Centroamericanos.
Con el Campeonato Centroamericano de FIBA en el bolsillo, nos tocaba participar en una liga de muy alto rendimiento como es la Liga de Las Américas, la emoción era inmensa pero aún más inmenso era el gasto que implicaba participar en esta Liga, las gestiones iniciaron, las puertas poco a poco se fueron abriendo hasta que días antes de nuestro viaje logramos completar el presupuesto de esta travesía. Partimos del Aeropuerto Augusto Sandino hacia Santiago del Estero en Argentina con los mejores jugadores nacionales y nuevamente con Geovanny Jiménez y Gabriel Pirulo Colon, el dúo boricua que tanto nos había funcionado, a los refuerzos debido las gestiones pertinentes, pero sobre todo con eso que llaman suerte logramos fichar a un ex jugador de la NBA de más de siete pies llamado Bruno Sundov.
Llegamos a la ciudad de Santiago del Estero después de casi 24 horas de viaje en avión y autobús, el cansancio era evidente pero ya queríamos pisar la duela de “tabloncillo” del equipo local Quimsa, la hora de nuestro primer duelo había llegado, un pequeñísimo equipo de baloncesto de Matagalpa Nicaragua se media a un poderoso Bauru de Brazil, actual campeón de la Liga, después de terminado el juego por una paliza, entendimos donde estábamos parados, y dimos gracias a Dios por haber llegado hasta lo más alto que un club de baloncesto puede llegar.
Un naciente proyecto se vislumbraba, una nueva Liga llegaba a Nicaragua, cinco equipos en aquel momento: Leones de la Alcaldía de Managua el eterno rival, La Costa Caribe con Troy Watson y toda su tropa, Los Productores de Sebaco, nuestro equipo hermano, el Blaze de Houston, equipo totalmente compuesto por jugadores extranjeros, el equipo a vencer, y nosotros Los Toros del Norte, este era el nuevo reto, lograrlo solo dependería de nosotros mismos.
Con un equipo plagado de jugadores nacionales locales que ya se habían hecho de una gran experiencia desde 2013 como Raúl Mendoza, Byron Castillo, Daniel Tenorio quien regresaba a su hogar, David Toruño, Jairo Rodríguez, junto a jugadores novatos matagalpinos como Ángel Arauz, William Cardoza, José Cárdenas y jugadores nacionales de mucha experiencia como Armando Martínez y el incansable Serbio Abea, el éxito estaba casi alcanzado solo nos faltaba escoger a los mejores refuerzos extranjeros, y otra vez confiamos en el poder boricua antes mencionado, esta ocasión vinieron jugadores jóvenes con todas las ganas de comerse la liga, Jared “Kangaroo” Ruiz, puso el show con sus clavadas, Angel Matias de León, se encargó de la fuerza en el poste bajo y los triples desde el perímetro, Xavier Zambrana se encargó del trabajo sucio y los rebotes, juntos promediaban más de 60 puntos por juego, pero más que las estadísticas personales y el show se logró el objetivo común un Campeonato más para Los Toros del Norte.
Haciendo retrospectiva desde 2013 solo me queda decir: “Dios Ha Sido Bueno.”